Semblanza

Rodolfo Solís Vivanco nació en la Ciudad de México. Es Licenciado en Psicología con mención honorífica por la Universidad Nacional Autónoma de México, Doctor en Psicología en el área de Neurociencias de la Conducta en la misma Universidad con una estancia posdoctoral en Neurociencia cognitiva en el Instituto Donders para el Cerebro, Cognición y Conducta, Universidad Radboud, Países Bajos.

Es Investigador en Ciencias Médicas D en el Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía Manuel Velasco Suárez y miembro del Sistema Nacional de Investigadores, nivel 2. Profesor definitivo en la Facultad de Psicología de la UNAM, donde imparte materias del área de neuropsicología y psicofisiología. Profesor invitado en el Programa de Posgrado en Ciencias Biomédicas y en la licenciatura en Neurociencias de la UNAM, así como en el Diplomado en neuropsicología de la Universidad de las Américas.

Tutor en la Licenciatura en Psicología, Maestría en Neuropsicología y Doctorado en Neurociencias de la Conducta en la UNAM. Treinta y cinco publicaciones en revistas internacionales y participación en más de 30 congresos internacionales. Líneas de investigación:

  • Detección de marcadores neuropsicológicos y electrofisiológicos en padecimientos neurodegenerativos y psiquiátricos
  • Correlatos neurofisiológicos de la atención, el control cognitivo y la distracción.

Psicología positiva: alcances, limitaciones y aplicaciones en educación

Introducción

La Psicología positiva es un tema controvertido e interesante y aporta elementos no sólo de aplicación en el desarrollo de clases, sino que también aporta beneficios personales en el quehacer cotidiano.

Es un tema amplio en función de sus principios y propuestas para entender la psicología humana y a la vez poco explorado, es campo fértil en comparación con otras áreas de esta ciencia.

Esta conferencia comprende dos partes: la primera es presentar un panorama de la Psicología Positiva y la segunda explorar las aplicaciones que pueden hacerse en la enseñanza.

Primera parte. La psicología positiva

Existe evidencia empírica científicamente validada de que la Psicología positiva puede ser sumamente útil en el desempeño de los estudiantes y no porque provea de estrategias de estudio; no es una aproximación pedagógica o que establezca per sé habilidades para la asimilación de contenidos, pero es una aproximación que facilita y promete ser una buena moderadora del aprendizaje de los alumnos.

Sus limitaciones se refieren tanto al aspecto empírico de un área en desarrollo, aunque ya cuenta con al menos cuatro revistas formales, es decir, está sometida a los requisitos de una ciencia dura; sin embargo, se sabe aún poco de ella y por supuesto, como todas las áreas de la psicología, tiene detractores.

Según Seligman (2000), la Psicología positiva es el estudio científico del funcionamiento humano positivo y el florecimiento en múltiples niveles que incluye las dimensiones biológica, personal, relacional, institucional, cultural y global de la vida; no es poco el alcance de la Psicología positiva porque asume que sus principios pueden ser aplicados desde el aspecto más básico, como lo es el emocional con sus consecuencias fisiológicas y para la salud, situación que está ampliamente avalada por la neurociencia y la psicología clínica. Abarca también a las relaciones interpersonales, al ámbito cultural e institucional, que incluye por su puesto el universitario (en nuestro caso) y los aspectos globales de la vida.

Seguir las propuestas de la Psicología positiva implican que las personas serán más felices y, en consecuencia, habrá un mejor entorno.

El eje fundamental de la aproximación en la investigación fue el estudio de la experiencia subjetiva, es decir, inició investigando las características de las personas que se reportaban así mismas felices o que tenían un bienestar psicológico. La Psicología positiva se interesa mucho en los rasgos individuales que hacen que una persona se reporte feliz, que es un término escurridizo que puede definirse desde la psicología, antropología, filosofía y en últimas fechas desde la economía y la política. Y también en características institucionales donde la Psicología positiva no sólo establece que las personas poseen características institucionales innatas que permiten a una persona tener o reportar un bienestar psicológico desde su nacimiento hasta su fallecimiento sino también que estas características o rasgos pueden implementarse, promoverse o incluso aprenderlos. No permanece en un aspecto innatista en el que una persona nace para ser feliz y otras no, sino que estos rasgos pueden aprenderse y ponerse en práctica que facilitarán un bienestar psicológico lo que llevaría eventualmente a la persona a una vida plena y satisfactoria; se busca desarrollar las fortalezas humanas para alcanzar la triada bienestar-felicidad-vida plena.

Los psicólogos que desarrollan esta disciplina suelen hacer esta pregunta a las personas: si usted se enterara que va a fallecer el día de hoy ¿qué tanta satisfacción reportaría al momento del cero al diez? Esta es una pregunta común en las psicoterapias humanistas o existencialistas; si la respuesta es por debajo de siete, entonces hay que hacer algo al respecto.

La psicología positiva, como muchas otras corrientes humanistas, es resultado a la contraposición a una corriente previa hegemónica o dominante. Se contrapone (a partir del año 1980) a la psicología tradicional, especialmente a la psicología clínica, que se centra o se preocupa por los motivos por los que una persona tiene una disfunción mental que le impide desarrollar sus actividades o ejercer su rol de manera satisfactoria o que se caracterice por una anormalidad comportamental, cognitiva o emocional. La psicología clínica se ha desarrollado paralelamente a la psiquiatría, aunque cada una de ellas tiene sus propios paradigmas de intervención, pero ambas se enfocan en los motivos por los cuales una persona tiene un problema conductual o psicológico; se centra en la patología, en temas como la ansiedad, la depresión o el estrés; hay un interés especial en los predictores o en los agravantes de una disfunción, así como en la intervención para poner fin a la patología.

Afortunadamente, la gran parte de los seres humanos no poseen una disfunción severa o una disfunción psicológica discapacitante; se calcula que sólo entre el 30% y 40% de las personas podríamos desarrollar un episodio depresivo en algún momento de su vida y no de forma crónica. Es por esto por lo que la psicología clínica se ha centrado en una minoría de las personas (es una minoría importante porque requiere de atención).

Estos son los puntos a los cuales se opone la psicología positiva. Martín Seligman, presidente de la asociación psicológica americana en los años de 1980, comenzó a investigar lo que hace que la gente se sienta bien, que es fuerte, resiliente, feliz a pesar de las circunstancias. Inició sus investigaciones en los aspectos positivos de la vida psicológica o de la vida interna; se centró en emociones de tipo positivo como la creatividad, en el bienestar psicológico (en la gente que se reporta feliz) y en la resiliencia, que es la capacidad de los seres humanos de reponerse a situaciones adversas o francamente traumáticas. Sobre esta última característica ya existían estudios sobre personas que después de vivir una circunstancia traumática (como sobrevivir a los campos de concentración) habían desarrollado trastornos depresivos o de personalidad crónica, mientras que otros no lo hicieron y por el contrario se desarrollaron de una manera plena (algunos al fallecer expresaron haber perdonado a los nazis).

Un ejemplo son los estudios del Dr. Viktor Frankl, quien fue preso en un campo de concentración y se interesó por los predictores del bienestar; reportó en su libro El hombre en busca de sentido que aquellas personar que tenían algún objetivo o un pendiente en su vida, más allá de sus circunstancias actuales, eran las que lograban sobrevivir y salir adelante. Las personas que se daban por vencidas, que no tenían estos objetivos, eran más vulnerables a las enfermedades y en consecuencia fallecían más fácilmente. Esta observación ha sido verificada en animales y en humanos y se ha demostrado que escenarios negativos o de desesperanza son promotores o facilitan el desarrollo de enfermedades; hay un gran vínculo entre el estado afectivo y la salud física que no puede soslayarse. Viktor Frankl es el fundador de la Logoterapia, escuela de corte humanista y existencial.

La psicología positiva empezó a interesarse por estos predictores de bienestar, sobre las características para sentirse bien y de aquellas que protegen este estado de bienestar; se centra en todos los seres humanos y no sólo en una minoría que ha desarrollado disfunciones mentales. De acuerdo con Seligman, es una psicología científica enmarcada en el método experimental; ya existían autores o corrientes del pensamiento adicionales a Viktor Frankl:

  • Aristóteles desarrolló el término eudaimonía, la vida buena, lo que hace vivir bien y que no es necesariamente la riqueza en términos materiales
  • Budismo. Habla de una satisfacción permanente basada en la estabilidad mental y de una vida plena a partir de conocer y asumir la realidad tal y como es
  • Abraham Maslow desarrolló la pirámide de las necesidades humanas en la que establece que el máximo nivel es la autorrealización, que está basada en la satisfacción de cuatro tipos de necesidades: fisiológicas, seguridad, sociales y reconocimiento
  • Mihály Csíkszentmihály desarrolló la teoría del Flow, es una experiencia muy común que consiste en estar inmerso en una actividad que nos gusta, que nos reta, que no es necesariamente sencilla pero tampoco irrealizable, que motiva y hace perder la noción del tiempo; no son adictivas ni nocivas
  • Martín Seligman, a quien se le considera el fundador de la psicología positiva

Es importante distinguir a la psicología positiva de una idea de sólo el pensamiento positivo o de ser sólo positivo y de los clubes del optimismo. No se trata de negar la realidad, no es una psicología popular o de camino al éxito ni consejos para lograr la alegría permanente.

Los temas principales de la psicología positiva, entre otros, son las experiencias o emociones positivas:

  • Curiosidad. En general, sentir curiosidad se experimenta como algo agradable sobre todo cuando se satisface
  • Asombro, agradecimiento. El resultado de valorar lo que se ha conseguido normalmente es un resultado a nivel emocional positivo
  • Flow. Esta inmersión psicológica en actividades satisfactorias son productores de bienestar psicológicos

Estas experiencias, además de distraer y abstraer del estrés cotidiano, parece que generan aspectos neuroquímicos importantes como la producción de dopamina, endorfinas y serotonina, sustancias que son consideradas como la química de la tranquilidad y de la felicidad.

Además de estos predictores y experiencias positivas, se han detectado otras características:

  • Optimismo
  • Creatividad
  • Gratitud
  • Resiliencia
  • Sabiduría

De acuerdo con la psicología positiva, se puede afirmar que quién posea estas características tiene casi garantizado su bienestar psicológico casi independientemente de las circunstancias. También establece la idea de promover o enseñar el desarrollo de ellas y, sobre todo, de promoverlas en el aula.

Los predictores de felicidad y bienestar son:

  • Relaciones interpersonales. Las personas que mantienen las relaciones con otras personas, amigos o familiares, se reportan con mayor bienestar psicológico; no es que la gente más feliz conviva con sus amigos, sino que convivir con los amigos aumenta la felicidad
  • Ingresos económicos (tope y en función de la carga que implica). En función de la satisfacción de las necesidades de la pirámide de Maslow; cierta cantidad de recursos promueve la felicidad, pero considerando cierto tope. Se ha observado que alguien que gana un premio de lotería se manifiesta feliz por un cierto período, pero posteriormente regresa al estado previo al premio. Varios estudios aplicados en estados Unidos reportan un nivel salarial para que quién lo alcanza se reporta feliz, pero también otro tope que, a partir de él, sin importar cuanto se gane, no se incrementa la felicidad. El dinero es un facilitador, pero no garantiza la felicidad
  • Factores de personal. Personas extrovertidas reportan mayores niveles de felicidad
  • Ejercicio físico
  • Práctica espiritual y regulación de la atención (meditación). Aspecto no necesariamente religioso

Seligman propone usar las fortalezas individuales únicas todos los días para producir una auténtica felicidad y gratificación abundante.

La teoría del bienestar de Seligman se compone de cinco elementos, que en español denomina PRISMA:

  • Positividad emocional-optimismo, emoción, satisfacción, orgullo y visión positiva
  • Relaciones positivas-familia, amigos y socialización
  • Involucramiento – FLOW – actividades de interés que capturan la atención de forma absorbente, clara y satisfactoria
  • Significado -Trascendencia y propósito de vida
  • Metas Alcanzadas -logros a corte, mediano y largo plazo

Según Seligman, la persona que posea estas cinco características está muy cerca de la gracia del bienestar psicológico y emocional.

La psicología clínica dispone del manual Diagnóstico específico de trastornos mentales en el cual se utiliza para diagnosticar a un paciente con problemas de conducta (rasgos negativos). Análogamente, Seligman, junto con Peterson, han establecido los rasgos de personalidad que facilitan el estado de bienestar, es decir, los rasgos positivos que denominaron Virtudes y fortalezas de carácter (CSV):

  • Valor: Bravura, arrojo, persistencia, integridad
  • Sabiduría y conocimiento. Creatividad, curiosidad, aprendizaje, apertura
  • Humanidad. Filia, amor, amabilidad
  • Justicia. Civismo, liderazgo
  • Templanza. Perdón, compasión, auto control, humildad
  • Trascendencia. Gratitud, esperanza, humor, espiritualidad

Los autores desarrollaron un instrumento para medir la presencia de estos rasgos de personalidad.

Las aplicaciones de la psicología positiva son varias y está presente en diversos aspectos de las intervenciones de otras ramas de la psicología.

En la psicología clínica:

  • Intervención (psicoterapia). Se utiliza en el diálogo con el paciente para promover en él los rasgos positivos de la personalidad
  • Prevención. Al igual que en la medicina, es mucho más barato prevenir los problemas que corregirlos o curarlos. Es más conveniente transmitir los rasgos positivos de comportamiento que protejan a las personas de situaciones emocionales aflictivas
  • Desastres. La intervención terapéutica de personas que transcurren por una situación de emergencia (incendios, temblores, violencia, accidentes, etc.) están primordialmente basadas en identificar en que la víctima identifique en poco tiempo sus fortalezas y a partir de ellas logre salir adelante en el menor tiempo posible
  • Trauma psicológico. En personas que han sufrido situaciones de violencia o estrés postraumático también se hace énfasis en los rasgos positivos para echar mano de ellas y rescatar aquello que no fue destruido por el trauma y salir avante con ellas
  • Psicogerontología. Los adultos mayores suelen sufrir depresiones, comúnmente en países europeos donde suelen vivir menos unidos a sus familias (a diferencia de Latinoamérica), y en donde transcurren por períodos de soledad. La psicología positiva les ayuda a sembrar optimismo en ellos mismos y volverse hacia la gratitud; las intervenciones en estas personas arrojan en ellas un mejor pronóstico de bienestar

En la psicología organizacional:

  • Estrés
  • Relaciones laborales
  • Satisfacción laboral y productividad

En las empresas se hace cada vez más énfasis en que los empleados tengan oportunidades de participar en actividades de ocio, placer, tipo Flow o de ejercicio físico para que tenga un impacto directo en su productividad; es más económico instalar un gimnasio que afrontar los costos del ausentismo por depresión o por episodios de pánico.

Y, por último, en el tema que nos ocupa, en la psicología educativa en la educación positiva.

De acuerdo con Shesthra, la psicología positiva propone una actitud frente a la vida, en términos temporales, que facilita el estado de bienestar en el aquí y el ahora; con respecto a:

  • En el pasado: aquellas personas que aceptan su pasado sin culpas, sin juzgar y sin pasar mucho tiempo en lo que pudo haber sido y no fue, tienen mejores resultados en su bienestar personal
  • En el presente: El cultivo de actividades que promueven el bienestar o el contento o buscar el bienestar a partir de la propia introspección, como en la meditación, también arrojan buenos resultados; esto ha llevado a la idea de vivir el momento presente, no lo que no fue o lo que no habrá sino vivir el momento presente. Este es uno de los fundamentos del budismo y diferentes prácticas meditativas como el mindfulness
  • En el futuro: Las personas desarrollarán mayor bienestar si promueven el optimismo, la esperanza o la emoción por lo que vendrá (excitement)

Algunas estrategias, basadas en psicología empírica y que tienen aval científico, para promover el bienestar son:

  • Practicar la gratitud y la (auto)compasión. Se han identificado varias técnicas, como identificar, antes de dormir o al despertar por la mañana, cinco aspectos por lo cuales agradecer, a lo largo de la semana se experimentarán mejoras en el bienestar. La autocompasión, el no ser demasiado duro con uno mismo y tratar de justos con los demás, también contribuye al bienestar personal ya que disminuye la tendencia a sufrir estados ansiosos
  • Identificar y cuantificar lo otorgado. Lo que llama vulgarmente identificar las bendiciones implica una sintonía de gratitud que se contrapone a la percepción de la carencia de cosas que suele llevar a la insatisfacción
  • Identificar valores (modelo ACT). En la terapia conductual, el modelo ACT (acrónimo de Acceptance and commitment therapy, terapia de aceptación y compromiso) establece que una forma de sacar adelante a un paciente es que ellos identifiquen lo que es importante para ellos y que sigan el camino de sus acciones basadas en sus valores. Como lo dijo el Dr. Viktor Frankl, las personas que suelen tener identificados sus valores suelen tener mayores índices de bienestar
  • Identificar y practicar actividades de Flow. Actividades tales como el ejercicio físico, los pasatiempos, etc. facilitan el bienestar emocional
  • Vivir el presente (meditación mindfulness). Este tipo de meditación facilita el tener calma y claridad respecto a nuestras circunstancias de vida
  • Aprendizaje de una perspectiva optimista. Se puede aprender a ser optimista, aunque sea complicado, pero también favorece la perspectiva optimista
  • Actos altruistas. Es similar al ejercicio físico, practicar actos altruistas favorece el bienestar en las personas

Como todas las ramas de psicología, la psicología positiva tiene limitaciones.

Gross y Taylor critican que la psicología positiva:

  • No explica el comportamiento atroz o patológico. Por ejemplo, no explica los actos de los nazis contra los judíos
  • Tiene una visión sesgada de tipo positivo y positividad tóxica. Todas las situaciones son buenas, no consideran lo negativo; como ejemplo se tiene a las múltiples expresiones de optimismo difundidas en las redes sociales
  • Tiene negatividad realista y florecimiento. Hay investigaciones que citan que personan que asumen sus rasgos negativos suelen afrontar con mayor realismo las circunstancias; personas que están en contacto con sus emociones negativas, sin juzgarlas ni evitándolas también presentan aspectos de florecimiento o de regeneración psicológica. Afrontar un duelo es un ejemplo de ello
  • No valora del lado obscuro de las personas

La respuesta a estas críticas es:

  • La psicología positiva se avoca a un sector del comportamiento humano. No tiene la obligación de explicar todo el comportamiento humano, sólo se avoca a un sector, que la resiliencia, el bienestar y la felicidad de las personas
  • Critica la visión sesgada de tipo positivo y de negación ante la realidad. Los psicólogos positivos critican la visión sesgada de la realidad y promueven más los aspectos positivos que los negativos, lo cual no significa negar o desechar lo negativo
  • Discute la interacción entre aspectos emocionales positivos contra los negativos. Esta interacción puede resultar muy benéficos: las personas bajo estados emocionales positivos suelen ser más empáticas, sociables y creativas. Pero bajo estados emocionales negativos se suelen ser más críticas y analíticas. Ambas manifestaciones son necesarias

Segunda parte. La psicología positiva y educación: educación positiva

La aplicación de la psicología positiva en la educación se conoce como educación positiva, la cual busca:

  • La promoción de experiencias, fortalezas y predictores de tipo positivo en el contexto educativo
  • Está centrada en las características individuales del estudiante en contra de un modelo de enseñanza fijo que promueve el logro del alumno estándar
  • Identificar fortalezas y objetivos específicos en cada alumno que le faciliten lograr sus metas
  • Privilegiar el aprendizaje cooperativo sobre el competitivo
  • Devolver agencia al estudiante en su proceso de aprendizaje en contra del modelo unilateral

Sus antecedentes son:

  • John Dewey. Promotor del constructivismo; el sujeto adquiere y representa el conocimiento basado en sus propias habilidades y perspectivas. Hace énfasis en ambientes de la vida real
  • María Montessori. Promueve la creatividad y el aprendizaje autodirigido
  • Elizabeth Hurlock. Resalta el efecto del reforzamiento positivo (premios o felicitaciones) en el aprendizaje

El enfoque pedagógico positivo es la forma de implementar la educación positiva y son aspectos que no pueden negarse:

  • La educación implica el cambio y crecimiento del individuo en cierta dirección
  • ¿En qué dirección se quiere llevar al estudiante a nivel cognitivo y emocional durante el proceso educativo? ¿Educar para qué?

La educación positiva pone mucho énfasis en que la emoción es un moderador del aprendizaje y del desarrollo humano. La psicología positiva no es una pedagogía positiva, pone sobre la mesa que, si se promueven estados positivos encaminados al bienestar de los estudiantes, estos aprenderán mejor y las evidencias son:

  • El estado de bienestar contribuye a la salud física, la creatividad, productividad, innovación y relaciones sociales
  • El aprendizaje y la memoria mejoran bajo un contexto emocional y percepción de control
  • Las emociones negativas reducen la capacidad atencional, el razonamiento crítico y promueven el sesgo conceptual
  • La educación es un proceso modulado emocionalmente

El enfoque pedagógico positivo en el aula (y fuera de ella) es promovido por:

  • Contacto profesor-estudiante. Mejora la motivación y percepción de apoyo
  • Promoción del ambiente colaborativo contra el competitivo. Aprendizaje bilateral y mejor comprensión a partir de la perspectiva del otro
  • Técnicas de aprendizaje activo. Aplicación del material en la vida cotidiana o laboral, con intereses que el estudiante trae consigo. ¿Cómo es que este concepto aplica en mi vida?
  • Retroalimentación constante. Identificación pronta de áreas a fortalecer
  • Comunicar anticipadamente expectativas altas (realistas)
  • Promover la identificación por parte del estudiante de sus propios talentos y estilos de aprendizaje, además de respetarlos. ¿Por qué y para qué estudio esto?

Algunas aplicaciones (a nivel primaria y secundaria) de la educación positiva son:

  • Universidad de Pennsylvania desarrolló un programa de resiliencia que promueve el optimismo, creatividad, relajación, toma de decisiones, asertividad, solución de problemas y de comunicación.
  • Strath Haven Positive Psychology Curriculum (SHPPC) promueve en los estudiantes la identificación de fortalezas de carácter y su uso en la vida diaria dentro del aula; por ejemplo: creatividad, perseverancia, amor, justicia y autocontrol

Aplicaciones a nivel universitario:

La pregunta de partida de los psicólogos educativos es si la educación universitaria es fundamentalmente distinta respecto a niveles académicos inferiores.

Un elemento para considerar es que los alumnos no son niños, adultos todos, y en esa medida son totalmente más autónomos, dirigen su propio conocimiento y se encargan de sus emociones y por lo tanto no debe contemplarse de sobremanera el aspecto afectivo en el nivel universitario.

Estos alumnos provienen de la preparatoria; se ha encontrado que el estado de bienestar para personas de 14 a 17 años sigue siendo tan importante para su aprendizaje y su memoria como el correspondiente para personitas de entre cinco y ocho años. Esto hace pensar que entre los 17 y 18 o de los 18 a los 25 no debe existir un gran salto como para que el cerebro cambie tanto. En la preparatoria hay mucha evidencia de que estados depresivos (divorcio de padres, rompimiento de relaciones de pareja, etc.) afectan tremendamente el desempeño académico de los estudiantes y por supuesto su capacidad de memoria y aprendizaje están sesgadas hacia un evento negativo.

¿Qué haría que en la universidad fuera distinto?

Otro elemento importante. Recientemente han sido publicados estudios que hasta el 40% de estudiantes de doctorado a nivel global han presentado, a lo largo de este período (alrededor de cuatro años), al menos un episodio depresivo o ansioso lo que ha afectado su capacidad de aprendizaje y su desempeño laboral (para lo europeos, el PhD no es un grado, se trata de un profesionista que está ejerciendo su capacidad de investigación). El nivel de estrés al que se someten estos estudiantes determina su aprendizaje, memoria y estado emocional, y este último a su vez impacta en su trabajo.

Evidentemente, en la universidad estas situaciones no serán distintas; desafortunadamente hay poca investigación al respecto.

La propuesta de la educación positiva para las universidades es que los contenidos académicos formales (lo que deben aprender los alumnos) puedan ser fortalecidos a través de la identificación y promoción de habilidades personales a través de estrategias pedagógicas positivas (de las cuales hay diversas propuestas) y que todo esto se enmarque, en la medida de las posibilidades, en un estado de bienestar.

Según Adler, algunas recomendaciones para aplicar la educación positiva a nivel universitario:

  • Promover el contacto con los alumnos a través de la conversación y la retroalimentación
    • Identificación de intereses en el estudiante
    • Orientación hacia el logro de metas a corto y mediano plazo
    • Transmisión de la experiencia personal
    • Adecuación del temario o énfasis en aspectos de mayor interés
    • Apertura más allá del aula
  • Facilitar el aprendizaje significativo
    • Estrategias interactivas de aprendizaje
    • Promoción del debate y el intercambio de ideas
    • Inclusión de los estudiantes en las actividades de aprendizaje
    • Aplicación de lo aprendido en la vida cotidiana o simulaciones de esta
    • Material adicional para quienes deseen profundizar en el tema (percepción de control de la información)
    • Vinculación con otras áreas del conocimiento (redes de conocimiento)
    • Profesor como facilitador y creyente de las capacidades del alumno
  • Promover las actividades extracurriculares
    • Experimentación en la vida profesional real y expansión de la perspectiva
    • Aplicación de becas y convocatorias de apoyo
    • Ingreso a laboratorios y escenarios profesionales
    • Congresos, charlas y seminarios
    • Investigación y actividades demostrativas
  • Identificación de alumnos en riesgo de alteraciones afectivas o conductuales y orientación para recibir ayuda desde una perspectiva no crítica
  • Evitar estrés innecesario

Por supuesto, algunos de los retos de la educación positiva son:

  • El tiempo limitado de enseñanza
  • El modelo educativo tradicional que nuestros estudiantes traen consigo (apatía por la educación)
  • Adaptación de contenidos y estrategias de aprendizaje
  • Capacitación y entrenamiento de los docentes

Algunas referencias bibliográficas para ahondar en el tema:

  • La auténtica felicidad. Martin Seligman
  • Fluir (Flow). Mihály Csíkszentmihály
  • La felicidad, desesperadamente. André Comte-Sponville
  • En defensa de la felicidad. Matthieu Ricard

Pregunta de los asistentes


¿Qué se entiende por funcionamiento humano positivo?

Son los aspectos privados o subjetivos de bienestar que llevan a la persona a un funcionamiento diario productivo, útil y de buena convivencia; si se piensa en lo opuesto, la disfunción humana negativa, se trataría de personas inadaptadas, que sufren y que esto los lleva a buscar ayuda profesional y que su vida interpersonal en los diferentes roles está afectada. Las disfunciones se miden en función de su impacto en la vida cotidiana.

Lo opuesto sería una persona que se siente bien, que reporta un bienestar la mayor parte del tiempo y que este bienestar le permite tener un desempeño realistamente bueno.


¿Qué predictores del bienestar podríamos definir o utilizar en nuestras clases?

Algo que se tiene muy a la mano, en medio de estas condiciones de pandemia, es el contacto humano. Algo que ha faltado es la socialización que es un elemento fundamental para el bienestar humano. No es casualidad que los niveles de depresión y ansiedad, no sólo en los estudiantes sino en la población en general, se han disparado al tope.

Pero, incluso a la distancia, se puede conocer a los alumnos; esto distinguiría a un educador positivo, se podría conocerlos mejor, conocer sus intereses, saber quiénes son, a lo largo de estos tres semestres de educación a distancia.

Se debe buscar en nosotros mismos los aspectos positivos que nos proporcionen a nosotros mismos bienestar y resiliencia y también promoverlos en los estudiantes. Si es difícil llevar estos aspectos a espacios reales, se deben buscar espacios en los cuales los alumnos se sientan más acompañados; la vida universitaria actual de los estudiantes les debe parecer aberrante en comparación con la que vivimos anteriormente, hoy es exclusivamente conectarse a zoom y pasar materias y esto no es la vida universitaria.


¿Qué parte del budismo retoma la psicología positiva?

Por ejemplo, la psicología positiva hace énfasis en el altruismo y en el momento presente, que son dos aspectos que el budismo tiene como ancla fundamental. El budismo establece que nada es para siempre, que todo es inpermanente y por ello no tiene caso aferrarse a ello, ni para bien ni para mal, y en la medida en que se practique un desapego saludable habrá más estabilidad mental que ocasionará un estado de bienestar que probablemente generará felicidad, por ello se debe estar anclado en el momento presente que en cualquier otro y la herramienta para lograrlo es la meditación; además el budismo dice que no hay felicidad auténtica sin la felicidad del otro, por eso es una práctica ética y en la medida que se promueve la felicidad y tranquilidad del otro una mismo será también feliz.

Ambos argumentos son respaldados por la neurociencia, establece que no hay un yo como tal, que el momento presente y quién lo vive otorga mejor actividad neurofisiológica vinculada con la felicidad, e incluso sufre menos enfermedades.


¿Qué pasa con la situación actual de la pandemia y la depresión?

Pues que nos hemos deshumanizado, que la interacción social está perdida, situaciones de las que debemos estar al pendiente en los alumnos y en nosotros mismos.


¿Crees que con la educación a distancia existe educación positiva?

Si, es posible. En la medida en que se mantenga una conexión humana con los estudiantes y puedan ser monitoreados y lograr, en la medida de lo posible, cierta flexibilidad para profundizar en los temas que sean de su interés y sacarlos de la apatía de ser sólo receptores pasivos de contenidos, puede facilitarse el aprendizaje.

¿Qué riesgo se corre al formar profesionistas bajo conceptos colaborativos, sin competencia, y que después se enfrenten a una realidad totalmente adversa y agresiva?

La vida es competencia, pero también es colaboración. Egresar a un estudiante que crea que podrá salir adelante solo y con sus propios medios y que no sepa trabajar en equipo tiene sus riesgos; el liderazgo no se caracteriza por el control y la autonomía que tiene la persona, sino que tanto se tiene la capacidad de motivar a los demás para lograr un objetivo común.


¿Cuál sería su consejo para vincular emocionalmente con nuestros estudiantes?

No se trata de volverse amigo de los estudiantes; por experiencia, el alumno que se siente escuchado y reforzado en sus intereses, como el que se atreve a participar y que su participación sea bien recibida, dándole su crédito y que además se le motiva para que lo siga haciendo, puede ser ejemplo de establecer un vínculo afectivo, quizás pequeño, pero se establece. En la medida en que se les pregunta de qué forma se les puede ayudar a mejorar su aprendizaje, se logra, y si responden que nada, no estuvo en el profesor, quedó en ellos.

Asimismo, el profesor que logra vincular la experiencia, que entra en contacto con la realidad y con sus alumnos y que sea capaz de motivar en ellos que sea a través de esa realidad que saquen el mayor provecho y que los proyecte a una mayor capacidad profesional a través de la propia experiencia, puede establecer un vínculo afectivo positivo.


¿Cómo se pretende educar o formar a un adolescente actual, de forma tradicional o de forma cibernética y qué repercusiones tendrá?

Es difícil saberlo. Por ejemplo, hay estudios que han detectado en niños pequeños el retraso en la articulación del lenguaje debido al uso de los cubrebocas que les impide ver en sus padres y en sus maestros la articulación de las palabras, además que el lenguaje se desarrolla a través de la socialización. Esto aplica en todos los niveles académicos.

No se puede saber cómo serán los adolescentes que no han socializado e interactuado con otros estudiantes, tampoco cómo será la adquisición de habilidades; ojalá sea posible obtener algo positivo de esta situación.


¿Considera que es conceptualmente compatible o vinculado el aprendizaje significativo con la emotividad positiva?

Por supuesto, porque se aprende mejor cuando se está tranquilo, cuando se está alegre y emocionado. Y esto lo proporciona la vida universitaria.


¿Cómo relacionarías el estado de bienestar personal con el modelo social europeo de Estado de Bienestar?

Existe controversia en torno al modelo social europeo de estado de bienestar, ya que está basado en el hecho en que todas las personas tienen derecho al bienestar en la medida en que los recursos estén homogéneamente repartidos (sin ser necesariamente una sociedad comunista ni socialista); en la medida en que todos tengan acceso a las mismas oportunidades (como las de salud o laborales), la felicidad aumenta. La investigación sociológica confirma este fundamento: las personas que viven en países más desarrollados, como Finlandia o Noruega, reportan mayor bienestar, lo que se explica en gran medida porque tienen acceso a servicios de salud o de pensiones garantizadas, tienen seguridad social.

La contraparte a este modelo establece que homogeneizar a la gente les quita la motivación intrínseca para destacar, tener más dinero o para sobresalir; se puede dudar de esto ya que, por experiencia propia, observó que los ambientes académicos europeos son altamente competitivos.

El modelo de bienestar europeo apuesta a que el bienestar de las personas está en manos del estado, quien tiene la obligación de garantizarlo; lo que hagan las personas con sus emociones es su problema, la obligación del estado es promover las condiciones de bienestar.